Consejos para una columna saludable


Pásate al Pilates. Disciplinas como el yoga o el Pilates ayudan a estirar y fortalecer la musculatura a la vez que mantienen la columna en su posición natural.
Nada de ‘sitting’. Cada veinte minutos, es bueno levantarse y caminar un rato por la oficina. Y, si es posible, mejor elegir siempre las escaleras.
La silla, como si fuera un trono. No hay que escatimar en ella. Debe estar diseñada con un punto de vista ergonómico. Debe mantener la espalda recta y recoger la zona lumbar.
Sentarse, un básico olvidado. Siempre con los brazos a la altura de la mesa y los pies en el suelo.
La actitud postural influye. Hay que ser consciente de mantener una buena actitud postural al caminar y al estar parado. Eso significa espalda recta, hombros en perpendicular y tripa hacia dentro.
Adiós a los tacones. No sólo modifican la postura del pie, sino que hacen lo propio con todo el cuerpo, al desplazar el peso del mismo hacia delante, siguiendo la forma del zapato.
Come sano. Eliminar del organismo lo procesado y refinado, como azúcares, grasas ‘trans’ y alimentos precocinados no sólo ayuda a mantener la línea, sino también a mejorar la salud global. Es un círculo vicioso. Al enfermar, la espalda se ve afectada, y después ese dolor genera más molestias.
Mantén a raya el estrés. La espalda recoge muchas preocupaciones. La meditación es una buena forma de darles salida.
Revisa a los niños. La columna vertebral también se ve afectada por enfermedades de carácter genético y de diverso origen como la cifosis o la escoliosis. Prevenir es curar.
Prudencia. Para evitar lesiones, hay que respetar las protecciones reglamentarias si se trata de deporte, y no realizar movimientos bruscos en la rutina diaria.



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