Sobre el abuso y la espiritualidad

«Lo atrajiste porque lo deseaste». «Si crees que hay un problema con las palabras o acciones de otra persona, tú eres el confundido». «Todo es solo tu proyección. Todo está en tu mente». «Limpia tu vibración y dejarás de atraer cosas malas para ti». «Estás demasiado apegada/o al cuerpo. Ve más allá del cuerpo; no es lo que eres».

«Si tienes dudas, temores, resistencia, dolor, ira, entonces debes estar en tu ego y totalmente no iluminado/a». «El pasado es una ilusión. ¡Déjalo ir ahora mismo!».

UFF!! Estoy tan cansado de toda esta mierda espiritual de la Nueva Era. Estoy cansado de cualquier espiritualidad que no honre completamente nuestra experiencia humana encarnada, desordenada, de primera mano, en tiempo real. Que no se incline profundamente ante la lucha de nuestros corazones reales y sensibles. Que nos haga sentir culpables por nuestras imperfecciones y que avergüence nuestras limitaciones. No, no es siempre tu proyección.

Sí, a veces otras personas son realmente abusivas y necesitan ser detenidas. No, no siempre está todo «en tu mente».

Sí, tu cuerpo importa. Tus sentimientos también.

No, tus dudas y miedos no son ‘incorrectos’ o ‘malos’ o ‘no evolucionados’.

No, no «atraes» el abuso a través de una «frecuencia vibratoria» defectuosa.

No, no mereces ser violentado de ninguna manera, en nombre de la Verdad, en el nombre de Dios, en el nombre del Amor, o en cualquier otro nombre.

Sí, tus límites merecen ser respetados, tus ‘sí’ y tus ‘no’ también.

No, no está bien que los maestros espirituales abusen de las personas «por su propio bien», para forzarlos a despertar, a iluminarse, para ayudarlos a soltar su «ego». Los maestros que usan el abuso como una herramienta son simplemente abusadores, no maestros.

Rechazo cualquier espiritualidad que rechace nuestra humanidad sensible, vulnerable y frágil. Rechazo cualquier espiritualidad que nos avergüence por nuestros preciosos pensamientos y sentimientos humanos. Rechazo cualquier espiritualidad que comience una oración con «si estuvieses iluminado…»

Rechazo cualquier espiritualidad que divida el «ser» del «no ser», lo divino de lo humano, lo sagrado de lo profano, lo absoluto de lo relativo, el cielo de la tierra, la dualidad de la no dualidad, lo material de lo espiritual.

Una vez vi a un maestro espiritual popular dirigirse a una mujer con un duelo reciente. Él dijo: «Tu dolor es ilusorio y es sólo la actividad de un yo separado. Un día, ese ‘yo’ separado desaparecerá, junto con todo el sufrimiento».

Y en ese momento vi una profunda enfermedad e inhumanidad en el corazón de la espiritualidad contemporánea. La invalidación del trauma, las falsas promesas, los juegos de poder, la supresión de lo femenino. Y prometí postrarme ante ese maldito corazón roto como si fuera Dios Misma. Hasta el fin de los tiempos.

JEFF FOSTER



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